ALGO DE HISTORIA
El sitio arqueológico Tetzcotzinco, mejor conocido con el nombre de los Baños de Nezahualcóyotl, se sitúa a 5 km. de la zona céntrica de Texcoco en la comunidad de San Nicolás Tlarnincas. Los Baños de Nezahualcóyotl es una construcción monumental realizada en 1431. Posee pilas, escalinatas, canales y esculturas con un excelente tallado en piedra, complementado con obras de mampostería que reflejan la ingeniería aplicada a la construcción de un sistema hidráulico que abastecía de agua al sitio y a los pueblos cercanos a éste. Destacan El Baño de Xóchitl, El Baño del Rey y El Trono del Rey que combinan piedra y mampostería, además de El Baño de las Concubinas, donde hay una pila y una escalinata labrada en la roca. El Palacio del Rey Nezahualcóyotl es conocido más popularmente como Cerrito de los Melones. Son ruinas donde se vislumbra el esplendor y señorío de épocas pasadas. Poseía salas dedicadas a la música, la poesía y la astronomía, y contaba con aulas donde se reunían los sabios, senadores, sacerdotes y jueces, además de salas, recámaras y baños. La zona arqueológica se encuentra enclavada en el "Sistema Tetzcotzinco", importante Área Natural Protegida en la que prevalece gran biodiversidad de especies vegetales y animales endémicas. Fue declarado zona de monumentos históricos en 2002 por el Gobierno de México.
LOS BAÑOS Y JARDINES DE NEZAHUALCÓYOTL SON TESTIMONIO DEL ALTO DESARROLLO CULTURAL QUE LOGRÓ PARA SU PUEBLO EL GENIO Y “REY POETA”.
Ex Hacienda Molino de las Flores
A 3 Km. al oriente de la ciudad de Texcoco encontramos el casco de la que fuera la "Hacienda Molino de Flores"
En los alrededores de esta hacienda se encontraban durante la época prehispánica los famosos jardines que el rey Nezahualcóyotl mandara construir en las cercanías de la población indígena de Texcoco durante el siglo XIV. Esta hacienda tiene sus orígenes poco después, con la llegada de los españoles a la zona en el siglo XVI, cuando el peninsular Juan Vázquez obtiene la merced real para establecer un batán, es decir, una propiedad que iba a ser destinada a la producción de textiles. Tiempo después, se inició en la hacienda la producción de harina de trigo, cuya explotación dejó importantes dividendos a la propiedad que rápidamente se convirtió en una de las más prósperas de la región, que adoptó su denominación actual debido al apellido de uno de sus dueños, Alfonso Flores de Valdez.
Esta hacienda siguió en auge hasta la época porfiriana, cuando en adición a las actividades antes mencionadas, también se producía gran parte del pulque que abastecía a la Ciudad de México. Sin embargo, con la llegada de la Revolución Mexicana la propiedad fue abandonada y sufrió un fuerte deterioro que dejó gran parte de sus edificios convertidos en ruinas, hasta que el lugar fue declarado Parque Nacional por el presidente Lázaro Cárdenas en 1937.
Comments